VotoHispaBlog

Dame tu voto en HispaBloggers!

sábado, 5 de diciembre de 2015

¡¡¡Rebélate!!! ¡¡¡¡¡REVOLUCIÓN!!!!!



Reflexiona Felixi (@felixi_s), tras leer la frase "la conciencia tranquila es la fortuna de lxs pobres" si algúnx ricx tiene la conciencia tranquila. Y mi conclusión es que no hemos aprendido nada.
¿Os imagináis que de pronto un día todxs lxs dirigentes políticos, jefxs de estado, líderes religiosxs, presidentes de multinacionales, presidentes de fundaciones, gurús económicos… todo individuo que tiene poder sobre las políticas de un país nos revelaran cuáles fueron sus verdaderos motivos e intenciones al adoptar cada una de las decisiones que tomaron en relación a esos cargos? ¿Verdad que suena como el inicio de una nueva era en la historia de la humanidad?
Pero no. Porque quienes están inmediatamente debajo de ellxs, o aquellas personas con poder cuyas decisiones están condicionadas por las de las anteriores, aprovecharían el momento para sucederles en el cargo, para ocupar su puesto. Y todo seguiría igual, o peor.
Ya, pero ¿qué pasaría si esos otros cargos intermedios en la escala social de poder también tuviesen ese súbito arrebato de sinceridad y, tras lxs dirigentes, ellxs también actuaran honestamente y reconocieran públicamente la verdad? ¿A que eso sí que sonaría a un nuevo comienzo?
Pero no. Porque quienes estamos por debajo también tenemos escalas de poder; pequeño, limitado, cotidiano, pero poder al fin y al cabo: presidentes de asociaciones (deportivas, de vecinos, de estudiantes, culturales, religiosas, de organizaciones no gubernamentales…), presidentes de comunidad, etc., tienen bajo su control mini-parcelas de poder y dentro de ellas también se rigen por la falta de honestidad y de honradez de todxs lxs anteriores.
En realidad, las estructuras piramidales de poder facilitan el abuso en el ejercicio del mismo. Los mecanismos de control que se suelen establecer, incluso aunque consistan en un comité y no en un único individuo, resultan relativamente fáciles de corromper porque a su vez no suele haber nadie que les supervise, y si dicha tarea se hace, tiende siempre a jerarquizarse preferentemente sobre la base de un cargo unipersonal.
La única posibilidad de funcionamiento ético y honesto de las instituciones se presenta entonces con la perspectiva de un comportamiento honrado de cada uno de lxs ciudadanxs. Y todxs sabemos que esa proyección resulta utópica. En principio. Personalmente, no lo creo un fin inalcanzable, pero siendo realistas, no parece probable que ni la humanidad ni el propio planeta sean capaces de soportar los millones de años que aún se nos antojan necesarios hasta convertir nuestro caótico presente en un futuro tan deseable.
Una posible alternativa sería en vez de crear estructuras jerárquicas piramidales, organizarse en asambleas. Eso es muy fácil y muy adecuado en grupos humanos pequeños o relativamente pequeños, que pueden mantenerse en contacto de forma consistente y duradera, pero resultan difíciles, complejos y hasta inviables cuando la población alcanza determinado número o se distribuye en núcleos alejados o, por ser más actuales, con una dificultosa comunicación fiable y efectiva.
La solución definitiva aparece entonces como una estructura piramidal de asambleas, entre las cuales se establezca una relación de dependencia tal que el funcionamiento de cada una de esas asambleas esté sometido a una supervisión directa de al menos otras dos asambleas y a la vez a la supervisión, lo más directa posible, del conjunto de la población.
Pero no. Porque nuestro egoísmo junto a nuestra capacidad de maquinación hallarían la manera de burlar o de pervertir esos controles.
Admitámoslo. No podremos exigir a quienes ocupan cargos de poder que sean honradxs, sincerxs y honestxs, mientras nosotrxs mismxs no seamos capaces de ejercer esa supervisión sobre nuestras propias acciones e intenciones. Pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados hasta que alcancemos ese nivel personal de honestidad mientras quienes ejercen poder sigan poniéndolo al servicio de quién sabe qué egoístas intereses. En tanto llega tan remoto día, ejerzamos los derechos que como seres humanos tenemos, los derechos que nuestra condición animal nos otorga, de ser nobles y compasivxs con xl bondadosx, y a la vez combativxs e inflexibles con lxs que se creen superiores a lxs demás. Rebelémonos contra nosotrxs mismxs, sin dejar por ello de luchar contra quienes nos quieren mal.
Nuestras conciencias, Felixi, no se ganarán el pan de la tranquilidad en tanto haya en nosotrxs un ápice de humano egoísmo, mientras no nos dejemos empapar de la nobleza, de la compasión, del espíritu animal.

Sinelo

Si quieres saber más, lee "El Dilema de la Edad". Cópialo, reenvíalo, divúlgalo, bajo las condiciones del apartado "Derechos de Copia, Transmisión y Uso".
En cualquier caso, la obra es gratuita.

1 comentario:

  1. Chico, para soltar estos panfletos venía mejor livejournal, que por lo menos lo leía alguien. Estos blogs perdidos en la inmensidad de la red son como predicar en el desierto.

    ResponderEliminar