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lunes, 27 de junio de 2016

Abstencionistas Criminales


Votar no es como asesinar a alguien. Esto último supone no sólo la mayor agresión que se puede cometer contra la vida de un individuo, sino contra todas las personas que le aman, quieren o aprecian, y contra todas las personas que podrían beneficiarse de alguna acción futura, principalmente, la de tener descendencia. Incluso si el crimen no se comete en persona, sino por delegación, el acto implica una profunda bajeza ética, o moral para quienes opten por introducir el factor religioso en la ecuación.
Votar, en cambio, es un acto positivo. Imaginad que una persona contrata a un equipo de cinco personal shoppers para que le hagan una compra determinada; a tres de esas personas las elige por tener gustos similares a los suyos, y a las otras dos, simplemente, por tener buen gusto. Si de los tres primeros, a la excursión de compras sólo se presenta uno, hay bastantes probabilidades de que la compra, aun siendo de buen gusto, no coincida con los gustos personales de su cliente. Y la culpa no será de quienes cumplieron con su obligación de hacer una elección, sino de quienes eludieron esa responsabilidad.
La conclusión es obvia: cualquiera que sea el gobierno que salga de estas últimas elecciones, la responsabilidad recaerá, no en quienes ejercieron su derecho al voto, cumpliendo así con su obligación democrática de participar en la elección de sus representantes políticos, sino en quienes decidieron eludir esa responsabilidad.
Lo mismo ha ocurrido con el referéndum sobre el Brexit. La gente culpa a los mayores de 65 años, señalándoles por haber sido mayoritario su voto, olvidando que hubo una gran bolsa de abstención entre los jóvenes que, según las estadísticas, habrían optado por la permanencia en la Unión Europea. No obstante soy de la opinión de que, si la UE sobrevive al TTIP a pesar del debilitamiento que supone la nueva posición de Gran Bretaña, saldrá reforzada y más cohesionada.
Se puede no estar de acuerdo con el sistema electoral, con la ley electoral, o incluso con la forma de gobierno o de estado, pero en una democracia, admitámoslo, la única manera lícita de introducir cambios consiste en participar en la vida política del país, si no activamente, sí al menos votando conforme a la conciencia de cada uno. Cualquier otra cosa lleva a la indolencia o a la revolución. No hay otro camino.




La ley electoral, siendo muy injusta, no tiene toda la culpa del actual reparto de escaños (fuente: ElDiario.es)
De modo que, recuerda, votar no es como asesinar a alguien, pero no votar sí que es asesinar, no ya a la democracia, sino a cualquier esperanza de cambio legítimo.
Sinelo

sábado, 25 de junio de 2016

Infiltrados


Para los países de la Unión Europea es, de entrada, muy mala noticia la salida de Gran Bretaña. Sin embargo, paradójicamente, es lo mejor que le podría haber pasado a la UE para permitir su desarrollo. Aunque ciertamente, ahora que se negocian con Estados Unidos las condiciones de los tratados de libre comercio, esta puñalada al corazón de la Unión puede que sea mortal. Pero consideremos todos los factores:
¿Qué país ha puesto más trabas y, sobre todo, con más constancia, a todo lo que significara una integración armoniosa de todos los países de la UE? Gran Bretaña.
¿Qué país torpedeó el éxito del euro con mayor persistencia y trascendencia al no incorporar su fuerte economía a la zona euro? Gran Bretaña.
¿Quién ha sido invariablemente el más fiel aliado de Estados Unidos en todas sus acciones militares estratégicas por el mundo? Gran Bretaña.
¿Quién va a debilitar la UE duramente con su salida ahora que se negocian el TTIP y los otros tratados hermanos de libre comercio entre EEUU y la UE? Gran Bretaña.
Quiero haceros notar que hace meses que no se da ni una noticia en los medios sobre estos tratados ni sobre las protestas en su contra. Tiempo suficiente para que ese ente anónimo llamado “opinión pública” se haya olvidado del tema. Y justo ahora el Reino Unido asesta esta decisiva puñalada al corazón de la Unión. Pero es más, no contento con haber clavado el puñal, se regodea retorciéndolo y manteniéndolo insertado: esto es, la UE pide a Gran Bretaña que abandone la UE cuanto antes, y la respuesta del Reino Unido es algo así como «No me agobies, no me metas prisa; saldré de tu vida, pero poco a poco».
Si todos estos indicios no son suficientes para afirmar que el Reino Unido siempre fue el infiltrado de Estados Unidos dentro de la Unión Europea, que baje Sherlock Holmes y lo vea.
Sinelo

martes, 21 de junio de 2016

Vuestros pecados, mis penitencias


Otra vez elecciones. Otra vez los unos diciendo lo malos que son los otros y los otros diciendo lo malos que son los unos; o lo buenos que somos nosotros y lo malos que son los otros. Además, es que ni se molestan en disimular; todo un Presidente del Gobierno lo dijo tal cual, en plan “votadnos a nosotros porque si no, vendrán los malos”.
Un discurso elaborado, sí señor. Pero claro, hay que tener en cuenta que se dirigen a unas masas de rumiantes “pacentes”, que se tragan sin pensar lo que oyen, lo remueven en cada uno de sus cuatro estómagos (a saber, la economía, la justicia, el empleo, y el “orden social”), y de la misma irreflexiva manera, una vez digerido, lo sueltan en forma de estiércol con el que abonan su círculo social.
No, no te rías tanto, iluso podemita. No me estoy refiriendo sólo a la masa de aborregados fachosos, esos cuya dignidad quedó anclada a la cama del Caudillo como una suerte de pátina de añoranza. Tampoco me limito a criticar a las turbas socialistas, no a las vuestras, sino a las de toda la vida; esos indolentes durmientes que viven soñando hallarse aún en los ochenta de Felipe, que se creen hacedores de patria y deshacedores de entuertos sociales, cuando ellos mismos también han puesto su importante contribución en el saqueo nacional.
También hablo de vosotros, que os creéis la supuesta luz liberadora de una coletuda luciérnaga de laboratorio; de vosotros, que negáis el parecido con allende los mares de vuestras formas mientras vuestras huestes adoptan las armas y estrategias del hermano americano.
Y por supuesto, qué decir de los mercenarios anaranjados, a las órdenes del más mercenario y menos digno de confianza de todos ellos.
¿Qué decir? Pues que cada uno por separado y, sobre todo, en conjunto, me dais casi tanto asco como miedo. Pero no por lo que podáis hacerle al país, o a quien se ponga en vuestra contra. Eso, siendo terrible, no es lo peor, como presuntos seres humanos con dignidad que se supone que sois. Lo peor es la alegría con la que renunciáis a esa misma dignidad o, incluso, cómo os creéis en su posesión mientras olfateáis la mano del amo y aceptáis sin rechistar la caricia o el manotazo.
Otra vez elecciones, en esta pseudodemocracia diseñada allende los mares que tan airadamente criticabais y que de pronto parece haber tomado a vuestros ojos todo el crédito que antes le negabais; acaso porque ahora os paga unos buenos sueldos. Bueno, a vosotros no, claro, a vuestros amos.
Lo que más me molesta es que yo lo veía venir. Ya escribí hace tiempo en mi viejo blog: «Olvidad a los salvadores, que sólo quieren engañaros. No os dejéis embaucar por los adalides el cambio, o se convertirán en capataces de vuestros actos». Pero no, tampoco es eso. En realidad lo que más me molesta y me desconcierta es que yo con mi miopía e ignorancia fui capaz de verlas venir, y al parecer nadie más con influencia social tuvo redaños o clarividencia suficiente para verlo.
Pues hala, id a votar al amo con alegría y determinación, que yo seguiré abriendo fosas comunes en las que dar sepultura a los restos de vuestras maltrechas dignidades.
Sinelo

lunes, 13 de junio de 2016

Como Pperros y Gatos


Ya la primera vez que vi el último vídeo electoral del PP tuve una sensación extraña, como de incomodidad, que permaneció durante unos minutos en mi cabeza. Entonces pensé que era la habitual reacción ante la propaganda pepera. Me convencí pronto de que era otra cosa, pero he estado esperando un tiempo para ver si alguien caía en la cuenta o bien para ver si mis conclusiones eran incorrectas. Dado que ni lo uno se ha producido, que yo sepa, ni lo otro se ha confirmado, ahora estoy seguro del origen de aquella sensación: ese vídeo carece de lógica.
La idea original debió de ser “no votes a otros sólo porque el PP no te gusta”, lo cual ya es de por sí negativo para los votantes populares, porque les envía el mensaje de “vota al PP que es el menos malo” cuando se supone que deberían convencer al electorado de ser la mejor opción; con ello su lógica ya chirría un poco. Pero es que además el método que eligieron para identificar al votante insatisfecho o contestatario con el votante del PP lo hace todavía más deplorable.
Así, de entrada, establecen un paralelismo entre “peperos” y “perros” (recordemos: ella se queda con los gatos porque odia a los perros) que favorece poco a su electorado. Pero en fin, admitiendo el símil, la lógica de su “no tengas gatos sólo porque no te gusten los perros”, esto es, “no votes a un partido sólo porque no te gustan los demás”, envía un mensaje que no queda lo bastante claro en mi opinión, porque en vez de “no votes a otros sólo porque el PP no te gusta” se puede interpretar como “vota al PP aunque no te guste” “¿Y por qué habría de ir en contra de mis gustos?”, se queda preguntándose el espectador. El vídeo no ofrece razón alguna. Aun así, no habría quedado mal del todo si la cosa se hubiese quedado en un único gato.
El problema es que de alguna manera tenían que identificar a los votantes del PP, y no se les ocurrió mejor manera que utilizar el número de escaños conseguidos por los populares el 20D: 122. Con ello invierten la identificación entre peperos y perros, que ahora pasan a ser gatos, lo que destroza más si cabe la escasa lógica del mensaje electoral. Además, una extravagancia como “tener un gato, aunque no te gustan, antes que tener un perro, a los que odias” se convierte en una manía rayana en la psicopatía.
Esa identificación del votante del PP, que les dio esos 122 escaños, con la “loca de los gatos”, también debería resultar insultante para los votantes populares, y lo que es todavía peor, identifican al votante del PP con aquel que elige una opción que no le gusta, y este es justo el detalle que socava toda la lógica del vídeo. Con ello el “no tengas gatos sólo porque odias a los perros” se convierte en “si votas al PP porque odias a los otros, no lo hagas”, con lo cual nos están invitando sutilmente a votar a cualquier otro partido que nos guste, por minoritario que sea, es decir, no es que estén fragmentando el voto, es que lo están atomizando.
En definitiva, con ese vídeo nos están diciendo: «sabemos que el 20D votaste al PP porque era el menos malo, porque los demás eran peores: pues bien, no lo hagas, vota a quien realmente quieras votar» ¿Puede haber una campaña menos apropiada?
Sinelo